domingo, 5 de enero de 2020

Diálogo con la montaña

Le dije a la montaña que llevaba bici nueva.
Me contestó que ya lo sabía, q pronto había reconocido mi silueta un poco más alta de lo habitual, el tronco màs tumbado y los brazos màs sobrados sobre el manillar. 
Q había sentido mis latidos apurados en la primera pendiente y mi rueda más firme. 
Que había admirado el brillo del carbono nuevo con los primeros rayos de sol que encontrè a mi paso, al girar a la derecha en el último de los zig-zag. 
Le dije que gracias por fijarse en mí, que era un honor. 
Que yo también la observaba cada día, nunca igual y siempre bonita, hoy con las umbrías heladas y la cima al sol, desnuda, después de las grandes talas de las dos ùltimas temporadas. 
Le dije que me gustaría saber cuántas veces la habré subido en bicicleta y que cada enero se me pasa por la cabeza empezar a contar las del año nuevo, pero que pronto el propósito me parece inútil pues en todo caso ya me habré perdido la mayoría.
Me dice que ella sí lo sabe pero q no me lo puede decir en mi idioma porq las montañas no cuentan igual q los humanos. 
Que somos tan efímeros que contamos por la ilusión de durar y me revela que cada una de mis subidas permanecerà con ella siempre, que me lo dice por si esto sacia mi vanidad, pero que incluso ella, es efímera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario